Hoy en día, en diferentes cafeterías si pides un cappuccino te puedes encontrar muchas bebidas distintas con la misma denominación.
Podemos encontrar jarritas de vidrio con tres capas, tazones gigantes con crema, canela y chocolate o algunos con muchísima espuma sobresaliendo de la taza. Tambien nos encontramos tazas más pequeñas con más o con menos espuma, o con latte art.
Es bastante confuso, pero la forma en que preparan esta bebida nos va a indicar en qué clase de cafetería estamos. Vayamos brevemente al origen del capuchino para que lo entiendas mejor.
Breve historia de cappuccino
La palabra cappuccino viene del italiano cappuccio que significa capucha. Si bien el término cappuccino, como lo conocemos hoy día, viene de Italia, el café cappuccino original se creó en Viena (Austria) casi dos siglos antes.
Esta palabra cappuccio o cappuccina, se refería al color del hábito que utilizaban los monjes cappuccinos en esa época. Un color marrón rojizo claro, que es muy similar al color que se obtiene mezclando el café con leche o crema.
Así que por el siglo XVIII se empezó a servir un café en Viena llamado cappuccina que hacía referencia al color de esta bebida, pero que era bastante distinto a lo que conocemos hoy día.
En esa época el café se preparaba hirviendo los granos en agua, luego se mezclaba con crema batida y muy comúnmente con especias como canela o chocolate; esto seguramente para agregar un poco de dulzor a la bebida porque el tipo de café de esa época era mucho más amargo que el de ahora.
En el siglo XX se inventa la máquina de espresso en Italia y se utiliza esta nueva forma de preparar café en las cafeterías. A partir de este momento, los italianos redefinieron el cappuccino con una receta más estándar, que es la base de lo que conocemos hoy en día como Capuchino.
Nota: El cappuccino ha seguido cambiando poco a poco a lo largo de los años, en lo que llamamos las olas del café.
Preparación del cappuccino tradicional originado en Italia
Para preparar el cappuccino tradicional se debe utilizar una taza de 5 o 6 onzas (entre 150 y 180 ml) de capacidad, a la cual se le añade un espresso de aproximadamente 30 ml. Al resto de la taza se le agrega, casi por partes iguales, entre leche y espuma de leche.
De hecho, en algunas cafeterías donde ofrecen el cappuccino tradicional, a la leche se le agrega mucho más aire al comienzo de la vaporización. Se sirve agregando primero la leche con el café espresso y luego con una cuchara se agrega la espuma por arriba, quedando por encima del borde de la taza.
A esto se reduce el cappuccino tradicional tal como se originó en Italia, una preparación con mucha espuma, un poco de leche y un espresso en una taza mediana.
¿En qué se diferencia el cappuccino moderno del tradicional?
Con el pasar de los años y las distintas olas de café, se fueron mejorando las habilidades para preparar el cappuccino y se le fue dando más importancia a la materia prima. Se empezó a priorizar el café, a conseguir una buena calidad de granos, con trazabilidad y controles de calidad.
También se empezó a implementar el latte art. Esto no solo fue para hacer dibujos bonitos sobre el café, sino también para tratar la leche con más delicadeza. Donde se realiza un proceso específico de vaporización que realza el sabor de la leche y hace que se combine excelentemente con el café, obteniendo una bebida evolucionada.
- Manteniendo la estructura tradicional, se sigue utilizando la taza de la misma medida (150 – 180ml). A dicha taza se le agrega un espresso, pero ahora no van a ser aproximadamente 30 ml sino tantos gramos como sea necesario, dependiendo de la receta de café que estés usando.
- Se vaporiza la leche consiguiendo una espuma brillante, sedosa, con microburbujas que ni se ven a simple vista. Con la temperatura justa para agregar un dulzor natural y una textura cremosa que, junto al café, queda una bebida increíble, balanceada en sabor.
- Por supuesto que el latte art ayuda también a que la bebida tenga una gran apariencia, haciendo que disfrutemos aun más de esta exquisitez.
¿Por qué vemos tantas variaciones en la preparación del cappuccino?
No hay una respuesta más allá de que simplemente fueron inventos de algunas cafeterías. Sus cartas o menús tradicionales, en muchos casos, sólo ofrecían café, café con leche, cortado, lágrima y no mucho más. Preparaciones que no tienen ninguna receta específica ni en cantidad de café o de leche.
Entonces empezaron a ofrecer, como cafés especiales o como algo fuera de lo común, algunos de los nombres de la carta italiana como el cappuccino.
¿Son auténticos los cappuccinos de las cafeterías?
Esto de que el cappuccino se sirva en una jarrita de vidrio con tres capas no lo inventó ningún italiano y quizás debería llamarse de otra forma.
Al ver este tipo de “cappuccinos”, seguramente estarán utilizando cualquier café comercial barato y la leche va a estar hervida en lugar de espumada, porque no le dan al café la importancia que se merece.
También están los lugares que ofrecen un tazón de café con crema, canela y chocolate con el nombre de cappuccino italiano, lo cual también es un invento. De acuerdo con lo contado anteriormente en la historia del cappuccino, quizás llamarlo cappuccino vienés sería más correcto, pero con otro tipo de preparación.
¿Existen cafeterías donde se sirve un auténtico cappuccino?
Por suerte con la llegada del café de calidad y las muchas cafeterías que abrieron en los últimos años, empezamos a ver mejoras en la calidad del café, lo cual se ve reflejado en una carta mucho más correcta. Por fortuna esta empieza a ser la nueva normalidad.
Ahora, con esto no estoy diciendo que el café no deba tener chocolate o canela, de hecho, encontramos preparaciones como el mokaccino que contiene chocolate y cuenta con miles de opciones para agregarle. Si es algo que te gusta deberías hacerlo por tu propio placer, al fin y al cabo, eres tú quien va a tomar la bebida.
En algunos países, por ejemplo, el cappuccino se sirve con un poquito de chocolate por encima, que no llega a ser la cantidad necesaria para convertirlo en un mokaccino, sino sólo para darle un toque de decoración y un ligero sabor adicional.
Conclusión
Lo más importante de cualquier preparación de café es la materia prima usada. Con un café de calidad, se le otorga importancia al café desde su origen y en todos los procesos hasta la preparación. Lo que hace que se pueda tomar solo, agregandole leche o cualquier otras especies, ya que siempre estará delicioso.
La adición de algún ingrediente a un buen café va a hacer que esta bebida tenga un sabor algo diferente pero seguramente exquisito, porque ya lo tenía desde el inicio. La calidad de este café nos garantiza no tener esa necesidad de agregarle algo para tapar algún sabor que no nos gusta.
Personalmente, prefiero tomar el cappuccino moderno, ya que me parece que tiene un mejor sabor que el tradicional. Aunque el sabor de la espuma no es tan agradable como en el cappuccino tradicional, ya que es algo seca y astringente.