Bienvenido a otro artículo de recetas con café. En esta ocasión te traigo una que es una bomba, especial para todos los dulceros como yo, que soy fanático del dulce de leche y se lo pongo a todo, medialunas, tortas, galletitas, alfajores, muffins, panes, postres, tostadas, etcétera.
En algunos países quizás no lo conozcan como dulce de leche sino como arequipe, manjar o dulce de cajeta, pero creo que varía un poquito el sabor y la textura. Se encuentra en casi todo tipo de mercados, pero como siempre la opción casera es algo muchísimo más rico, el tema es que lleva horas y horas prepararlo.
Se prepara colocando en una olla al fuego, leche y azúcar, revolviendo por horas sin parar porque si no se quema, hasta que reduce y queda de un color caramelo, con una consistencia untable y toda esa caramelización lenta por horas le da un sabor que es increíble.
Pero aquí te traigo algo mejor, si te gusta el café y el dulce de leche hoy te traigo esta receta que fusiona estas dos delicias. Vamos a preparar un dulce de café, pero no te preocupes, no vamos a estar durante horas y horas revolviendo, sino que vamos a hacer la versión rápida.

Así que no vas a tener excusas para no hacerlo, es muy fácil de hacer, con poquitos ingredientes y es simplemente delicioso para el desayuno o para darse un gusto, porque literalmente se puede comer a cucharadas, tienes que probarlo.
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Ingredientes para preparar el dulce de café
Los ingredientes que vamos a necesitar para obtener más o menos unos 350 mililitros de este dulce son:
- 50 gramos de café.
- 500 mililitros de crema de leche.
- 125 gramos de azúcar.
- 4 gramos o una cucharadita de extracto de vainilla natural.
- 1 pizca de sal.

Preparación del dulce de café
- Lo primero que vamos a hacer es moler el café en tamaño grueso, un poco más grueso de lo que generalmente usamos para la Prensa Francesa o Cold Brew.
- Como este café vamos a infusionarlo con la crema, al final vamos a filtrarlo con una malla metálica para separar el café del dulce.
- Antes de colocarlo, vamos a tamizar el café por la misma malla metálica que vamos a usar al final para colar, así nos aseguramos de que no queden muchos sedimentos en el dulce. Quizás necesites unos gramos más de café, esto va a depender del molinillo que tengas. Por ejemplo, con el mío, en este ajuste de molienda, separé unos 3 gramos de este polvo muy fino en los 50 gramos de café molido, entonces molí y tamicé unos 3 gramos más para completar.
- Una vez que tenemos listo nuestro café, colocamos en una olla los 500 mililitros de crema de leche, junto a los 125 gramos de azúcar, la cucharadita de extracto de vainilla natural y una pizca de sal, todos los ingredientes menos el café.
- Lo llevamos a una hornalla con fuego fuerte o potencia máxima, revolviendo para mezclar bien los ingredientes y disolver el azúcar. Siempre vigilándolo y revolviéndolo constantemente.
- Una vez que vemos que levanta temperatura y rompe en hervor, rápidamente vamos a bajar el fuego a mínimo y seguimos revolviendo. Vamos a estar revolviendo por unos 20 minutos más o menos, y vamos a comenzar a ver que de a poco se va espesando un poquito y va cambiando un poco el color, de un amarillo bien pálido, casi blanco, a un amarillo más fuerte.
- Cuando lo vemos que está en este color bien amarillo y se ve más espeso, que se va pegando a las paredes de la olla, siguiendo con el fuego al mínimo, vamos a agregar el café.
- Revolvemos bien, rápidamente, para incorporar y mojar todos los pedacitos del café y lo vamos a dejar infusionando por unos 5 minutos aproximadamente revolviendo un poquito, no demasiado, pero lo suficiente para que no se pegue, ya que en esta parte se va a espesar rápidamente.
- Pasados estos 5 minutos, lo vamos a ver bien espeso y con un buen color a café, lo que significa que ya está listo.
- Vamos a apagar el fuego, ten en cuenta que se espesa en frío así que todavía no va a tener esa consistencia untable. Una buena forma de saber si está listo es tener a mano un poco de agua bien fría, le puedes agregar unos hielitos y colocar un poquito del dulce, si cae en forma de bolitas ya está listo, no tiene que disolverse en el agua.
- Ahora lo que vamos a hacer, como mencioné, es filtrar el café con la misma malla metálica, si tienes una grande mejor, vamos a ir colocando el dulce filtrándolo hacia otro recipiente y si tienes una pequeña, coloca de a poquito y revuelve con una cucharita. Descarta el café y sigue filtrando hasta terminar. El color se torna más intenso y ya puedes probarlo.
- Vamos a colocarlo en el frasco que más te guste y lo llevamos a de la heladera, donde va a bajar un poco la intensidad del color y se va a espesar bastante.

Qué más puedo decirte, hay miles de maneras de disfrutar esta exquisitez y no te miento cuando te digo que queda bien con todo, para las tostadas, la merienda o el desayuno, untado o a cucharadas.
Resultado de la preparación del dulce de café
Es muy similar al dulce de leche, pero con todo el sabor al café, claramente es el protagonista. Si te resulta muy intenso puedes colocar menos cantidad de café, o menor cantidad de azúcar si lo quieres menos dulce. Puedes ir modificándolo a tu gusto.
A mí esta receta me encantó, hice muchas pruebas, inicialmente había visto una receta que llevaba espresso, pero la idea de moler café, extraerlo en espresso y luego llevarlo al fuego y calentarlo de nuevo con la crema, no me gustaba y se justificó en el sabor que era demasiado amargo.
Al probar infusionando la crema con el café molido, me gustó muchísimo más. Además, es más simple y se siente mucho más rico el café, eso sí, no vamos a sentir las notas de cata de café ya que le estamos colocando crema y azúcar, pero si se reciente que es un buen café, de buena calidad y bien balanceado, no amargo.
Por favor, intenta esta receta en casa que es sin duda deliciosa. Si quieres hacer más o menos cantidad, simplemente ajusta las cantidades manteniendo las proporciones, aunque te recomiendo que prepares bastante ya que se baja muy rápido.
Ingeniero Industrial, papá de una princesa de 7 años y un amante de la creación de contenidos sobre diferentes temas por los que siento pasión.
Las cafeteras se han convertido en una obsesión y no pararé hasta descubrir todos sus secretos, y compartirlos con todo el mundo.