En este nuevo artículo encontrarás una guía con el paso a paso de cómo debes vaporizar la leche para obtener una textura cremosa y sedosa para servir con tu café y, por qué no, también para hacer un latte art increíble. Además, te voy a dejar algunos consejos, basados en mi experiencia, para que al vaporizar leche te salga perfecta siempre.
¿Qué se necesita para vaporizar leche?
Si quieres saber cómo vaporizar leche, es necesario tener en cuenta algunos puntos claves como, por ejemplo, las herramientas necesarias para ello:
Leche fresca y de calidad
Obviamente necesitamos leche, pero te estarás preguntando ¿cuál recomiendo? La verdad es que puedes usar cualquiera que tomes, pero esta siempre debe ser fresca y de calidad. Se puede hacer latte art y texturizar leche con todos sus tipos.
Ahora, ¿con cuál vamos a obtener los mejores resultados? Con la leche de vaca entera, que tiene mayor contenido graso, vamos a obtener la textura más sedosa de todas. Por la cantidad de grasa que tiene estabiliza mucho mejor las microburbujas. Con la leche descremada, por ejemplo, obtenemos más espuma, pero es una espuma menos densa o sedosa.
Con las leches vegetales te recomiendo ver el artículo que hice comparando todas las que encontramos, pero específicamente con la leche de almendras casera, que te muestro en dicho artículo, obtendremos muy buenos resultados.
Una Jarra para leche
También necesitamos una jarrita, pero ¿cualquiera sirve? Lo primero en que nos tenemos que fijar es en el tamaño, la mayoría de las que vemos tienen dos tamaños: de 350 mililitros (12 onzas) y de 600 mililitros (20 onzas). La que escojamos para usar lo va a determinar la cantidad de bebidas que queremos hacer y el tamaño de estas.
Como regla general usamos el doble del volumen de la bebida, por ejemplo, para una taza mediana como de capuchino que generalmente tienen entre 150 a 180 mililitros, vamos a necesitar una jarrita de 350 mililitros, y para una taza grande con un latte o dos de capuchinos vamos a usar la de 600 mililitros.
Pero no recomiendo usar, por ejemplo, la de 600 mililitros para un solo capuchino porque hay un mínimo de leche que necesitamos llenar en cada jarrita para obtener los mejores resultados, este límite lo marca la jarra misma. Siempre hay que llenar justo por debajo del pico.
Paso a paso para vaporizar leche correctamente
1. Lo primero que vamos a hacer siempre es purgar un poco de vapor antes de usar el vaporizador. Esto es muy importante porque es común que haya un poquito de agua y nos puede estropear la leche.
Después, lo levantamos hasta el máximo, apuntando directamente hacia nosotros. Puedes usar la boca de la jarrita para guiarte y colocar la varilla ahí.
2. En un principio y antes de encender el vaporizador vamos a hundir la punta de la vara bajo la leche, esto lo hacemos para que no nos salpique para todos lados al encenderlo.
3. La varilla va a estar en un ángulo con respecto a la jarra. No debe estar en el centro de la superficie de la leche, ni tampoco tocando la pared de la jarra, sino en un intermedio de estos dos. Para esto puedes inclinar la jarra levemente. Esta posición es necesaria para que se cree como un remolino en la jarra y las burbujas que vamos a agregar se integren con todo el líquido que hay por debajo.
4. Es recomendable sostener la jarrita con las dos manos, primero para tener una mayor estabilidad ya que vamos a hacer movimientos muy precisos y segundo para sentir como viene la temperatura de la leche.
5. Una vez posicionados con la punta de la varilla apenas sumergida, encendemos el vaporizador. Si el tuyo se acciona con una perilla, asegúrate de girar hasta el tope ya que es gradual.
6. Una vez tenemos el vapor encendido, vamos a bajar la jarra un poquito para que la punta de la varilla esté justo en la superficie de la leche, cuando estemos en esta posición nos vamos a dar cuenta por el sonido tan particular que hace. Mientras nos mantenemos en esta posición estamos agregando aire a la leche en forma de pequeñas burbujitas.
7. Una vez que sentimos que la leche se está calentando un poco, vamos a levantar la jarrita nuevamente uniendo la punta del vaporizador por debajo de la superficie de la leche. Este cambio de temperatura va a ser el límite máximo para agregar aire.
8. Ahora al hundir el vaporizador estamos creando este remolino donde se mezclan las microburbujas con el resto de la leche y la calentamos hasta la temperatura deseada.
9. Entonces cuando notamos que está caliente y que no podemos mantener la mano en la jarra por más de tres segundos, apagamos el vaporizador y nos mantenemos en el lugar hasta que el vapor haya cesado por completo.
10. Ahora si quitamos la jarrita y la dejamos en la mesa por un segundo, ya que debemos limpiar el vaporizador. Siempre pasamos un trapito por la vara y purgamos vapor.
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A esta altura, tenemos nuestra leche vaporizada y texturizada, entonces… ¿ya está lista? ¿podemos servirla a nuestro café? No, espera porque debes saber que existen un par de cosas más que podemos hacer para llevar la leche vaporizada a otro nivel, como son:
- Después de vaporizar la leche le damos un leve golpecito a la jarra para explotar cualquier burbujita que nos haya quedado por ahí.
- Mueve la leche en círculos, pero no dos vueltas y ya está, sino girar firmemente hasta que vemos como la espuma libera un brillo y una textura que parece seda.
Ahora sí, con esta textura increíble puedes verter la leche en tu café, hacer latte art y preparar un riquísimo café al estilo barista. Si quieres aprender cómo hacer esto te dejo un artículo corto pero efectivo donde te mostramos cómo hacer las tres figuras básicas del latte art.
Algunos consejos útiles para vaporizar leche
Una recomendación para tener en cuenta, que te va a ayudar muchísimo es el siguiente, necesitamos tener todo lo más frío posible, entonces además de guardar la leche en la heladera, si puedes, te recomiendo también guardar la jarrita ahí. Esto te va a dar un poco más de tiempo en el proceso hasta que la leche se caliente para poder controlar mejor cada paso.
Otro tema muy importante es la temperatura de la leche. Te dije que cuando sentimos la jarra caliente y no podemos mantener la mano por más de tres segundos, apagamos. Esto sucede alrededor de los 60 a 65 grados Celsius, si nos pasamos de esto por encima de los 70 grados básicamente se nos estropea la leche.
Se produce un cambio químico y físico que no podemos revertir, por lo cual es muy importante no sobre calentarla. Con este cambio notamos una espuma seca y astringente, con un sabor bastante desagradable. Pero además es la temperatura perfecta para tomarlo. Si lo necesitas puedes precalentar la taza con agua caliente para mantener la temperatura por más tiempo.
¿Se vaporiza igual con todas las máquinas de espresso?
Bueno, la diferencia va a estar en la presión del vapor que tenga la máquina y también en la punta del vaporizador, cuanta mayor sea la presión siempre va a ser mejor.
Muchas máquinas lo indican con un manómetro. Por encima de un bar es trabajable, pero por debajo de un bar es bastante poco y no llega a tener la suficiente potencia para hacer el remolino que necesitamos para incorporar las microburbujas, por lo que puede quedarte más espumosa.
Ahora, lo que sí varía bastante de máquina en máquina es la cantidad de agujeros que tiene la punta del vaporizador. Podemos ver desde 1 hasta 4, generalmente lo que hace esto es darte más o menos cantidad de vapor y esto se ve en el tiempo que va a demorar la texturización.
Por ejemplo, para principiantes, uno o dos agujeros es lo ideal, ya que te da bastante tiempo para controlar cada paso. Si ya tienes más experiencia puedes pasar a uno de cuatro agujeros donde vas a poder vaporizar la leche más rápido.
En resumen
Por último, te dejo un sencillo resumen del paso a paso, para que recuerdes más fácil cómo sucede realmente este proceso de vaporización:
- Colocamos vapor, nos posicionamos, sumergimos la punta, encendemos el vaporizador y bajamos la jarrita.
- Incorporamos aire manteniéndonos entre la pared y el centro.
- Cuando sentimos que se entibia, subimos la garra hundiendo a la punta, y cuando ya no podemos mantener la mano, apagamos.
- Con un trapito limpiamos y purgamos vapor, un golpecito a la jarra y hacemos varios movimientos en circulo, servimos y a disfrutar.
Bueno, ya con esto tienes los pasos claves a seguir para texturizar una leche perfecta, como siempre digo, esto es algo que lleva tiempo y práctica, mucha práctica. Algo con lo que los baristas luchan por mucho tiempo, así que paciencia y hacia adelante.
Una vez que dominemos la leche podemos adentrarnos al mundo del latte art y para eso recomiendo leer el artículo que te comenté anteriormente y también el que trata sobre los cinco errores más comunes en el latte art, donde no solo te doy algunas claves para corregir la técnica, sino que también te enseño cómo puedes practicar sin leche, solo con agua y jabón.