Un Flat White es una bebida de café a base de espresso con leche finamente vaporizada. En una taza de 6 onzas (170 ml) se prepara un doble espresso y sobre éste, se vierte una espuma brillante, delicada y muy fina. Se puede culminar el Flat White con algún dibujo de latte art.
Historia del Flat White
Todo comienza en Australia en los años 60. Los bares de espresso ya eran muy populares en el país, tanto que a fines de esta década Australia ocupaba el tercero puesto con mayor cantidad de máquinas de espresso por debajo de Italia y España.
Este auge se debió a la cantidad de inmigrantes italianos que llegaron para cultivar caña de azúcar en los campos del noroeste de Australia. Con su cultura y amor por el café espresso, unido a la riqueza que generaban con el cultivo de la caña de azúcar financiaron muchas de estas cafeterías.
En los años 60 y 70, la versión de espresso del noroeste de Australia (Queensland) fue un híbrido intercultural. Los menús de esa época se dividían en café negro y café blanco, donde el café negro podía ser largo o corto, mientras que el café blanco podría ser:
- Capuchino, que básicamente era café, leche y mucha espuma.
- Flat (en inglés significa plano), que era café, leche y muy poquita espuma
- Vienna, que era café con crema
Ya que los australianos son muy famosos por abreviar sus palabras, naturalmente sucedido algo parecido con el café, originándose el Short Black y el Long Black.
¿Quién inventó el Flat White?
Alan Preston, un entusiasta de expreso que frecuentaba mucho estas cafeterías del norte de Queensland, transformó el white coffee flat en un Flat White acortando las palabras cuando su propio bar de espresso. Esta «nueva bebida» fue situada en el segundo lugar del menú de café, convirtiéndose esto en el debut del Flat White en 1985.
El bar de espresso de Alan Preston se convirtió en un lugar muy popular, y en los siguientes cinco años abrió otras seis cafeterías en Sídney con Flat White en el menú. Para finales de los 80, este término ya se encontraba en todos los menús de todas las cafeterías de la ciudad.
¿El Flat White proviene de Australia o Nueva Zelanda?
Y aunque está muy extendida la creencia de que el Flat White proviene de Australia, hay una gran controversia con Nueva Zelanda, ya que estos afirman que el Flat White se inventó allá. Dicen que un barista llamado Fraser McInnes accidentalmente lo inventó tras fallar al espumar leche.
No pudo espumar la leche para un capuchino y de todas formas lo sirvió en la taza y dijo: “sorry its a Flat White”, y supuestamente después de esto la bebida se hizo muy popular. Sea como sea la historia, ambos países pasaron por cambios culturales muy similares, por lo que el Flat White evolucionó con naturalidad en ambos países.
La bebida fue luego exportada al Reino Unido hacia el 2005 y cada vez fue haciéndose más conocida a nivel mundial. Las grandes cadenas de EE.UU. como Starbucks lo sumaron a su menú en el 2015. Pero ¿por qué fue el Flat White tan popular?
En Australia en aquella época el capuchino se preparaba con una cantidad tremenda de espuma, que hasta sobrepasaba unos 5 centímetros del borde de la taza. El flat white era la única opción para pedirlo sin tanta espuma, y con una textura un poco más similar a lo que conocemos hoy en día.

Con el tiempo comenzaron a surgir otras opciones como por ejemplo el latte y otros diferentes tamaños para obtener variedades más personalizadas.
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¿Cómo se prepara el café Flat White?
El flat white con los años se fue modificando y evolucionando hasta el punto de que en cada cafetería lo preparan de forma diferente, pero esto pasa con todas las bebidas de café. Para mí un buen flat white debe constar de:
- Tamaño: Mediano. Más grande que un piccolo o macchiato, pero más pequeño que un latte.
- Espuma: Micro espuma sedosa y brillante en lugar de una espuma rígida
- Café: Un doble expreso para que el café sea el protagonista.
Claves para elaborar un buen Flat White
El secreto del flat white radica, como con todos los cafés, en la calidad de los granos que utilices para la base de espresso y de las habilidades del barista para aprovecharlo al máximo. Es muy importante elegir un café que se complemente con la leche, que se eleve con ella, pero qué no tape sabores.
También hay que conseguir una perfecta texturización de la leche, para agregar una pequeña dulzura natural y obtener una consistencia cremosa en la boca. Así como tener cuidado con la temperatura, que no debe pasar los 65 grados Celsius.
Es muy fácil probar un Flat White y que no guste porque, o no está balanceado o no está bien calibrado el espresso. Un buen Flat White consiste en meter todo el sabor posible en un tamaño pequeño.
Mi receta para preparar el Flat White
Yo utilizo una taza de 170 mililitros (6 onzas), en la cual coloco un expreso doble, es decir, un doppio de 38 gramos. A este doble expreso le agrego unos 120 mililitros de leche, pero acuérdate de que al vaporizarla sube un poco su volumen (aunque no subirá demasiado, ya que queremos una textura sedosa y fina).

La clave por tanto está en tener un doble espresso de calidad, sobre el que vertemos una espuma muy fina, brillante y delicada. Puedes finalizar con latte art, como hago yo en la imagen de arriba.
Nota: Nunca midas el expreso con mililitros, ya que la cantidad de crema que tenga afecta al volumen; siempre usa una balanza.
Para tomarlo recomiendo revolver un poquito para mezclar la crema del espresso que queda en la superficie y que generalmente tiene un sabor un poco astringente. Haciendo esto, también incorporamos la micro espuma con el líquido nuevamente y sentimos un sabor homogéneo cuando bebemos el flat White.
Ingeniero Industrial, papá de una princesa de 7 años y un amante de la creación de contenidos sobre diferentes temas por los que siento pasión.
Las cafeteras se han convertido en una obsesión y no pararé hasta descubrir todos sus secretos, y compartirlos con todo el mundo.